lunes, 3 de diciembre de 2012

Tristán


Ahí va algo ligerito, para desengrasar, que si no decís que pongo muy dramática...


TRISTÁN

Un ojo, dos ojos,
sí, definitivamente tiene dos ojos. Dos ojos que me siguen en cada movimiento: se giran, se tuercen, se alzan y se estiran para no perderse nunca nada. 
¿Patas?, cuatro, el mío tiene las cuatro, aunque los hay que han perdido alguna por el camino (¿qué serían: trípedos?). 
Tiene un rabo largo que se mueve marcando el ritmo de su estado de ánimo:
a veces es una bachata, 
otras un bolero,
otras un tango. 
Su orejas caen formando un ángulo inexistente, con un pliegue poco ortodoxo que hace que parezcan más pequeñas de lo que son. 
Tiene la costumbre de comerse mis libros. Es un devorador compulsivo de literatura. Pero es selectivo: algunos los comienza y los deja a la mitad, de otros no quedan ni las tapas. 
Yo creo que es un perro pero no estoy segura de que él lo sepa.





6 comentarios:

  1. ¡Qué lindo Tristán y pobres de los libros que caigan entre sus patas y fauces!
    Un abrazo.

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  2. ¡Tristán, Tristán...! Con ese nombre tan literario, no me extraña que devore todo libro que se ponga a su alcance. Mi Kafeto también mordisquea algún libro que otro, pero comérselo ¡qué no me entere yo! Me ha gustado el giro desenfadado de tu entrada. Un beso.

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    1. Gracias, Concha, siempre presente. A ver si se conocen Tristán y Kafeto y que Tristán le explique lo buenos que están los libros :)

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  3. ¡Muy bien, María! Hay que dar una de cal y una de arena... Ja, ja, ja. ¿Y tú sabes si Tristán cree que nosotros somos personas? Yo tampoco lo tengo muy claro y viendo a Tristán en esta foto... aún me entran más dudas.
    ¡Besazos!

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  4. En mi casa, yo creo que el gato se cree que es un perro, el perro que es una persona y yo.. yo no se lo que me creo :)

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