Mañana, en cuanto amanezca, iré a visitar tu tumba, papá. La he comprado esta tarde y quiero volver a verla con la primera luz del día. Creo que he acertado en la elección: seguro que no te gusta. ¿Cuánto queda para estrenarla?, a veces, el tiempo se estira y se estira.
Está debajo de unos cuantos árboles enfermos que aún tienen fuerza para darle sombra. No le llega ni un hilito de sol en todo el día. (Eso me han asegurado, pero mañana por la mañana lo confirmaré). Se encuentra al fondo del cementerio, cerca de las vías del tren. Uno, dos, tres y cuatro minutos. Lo he cronometrado, cada cuatro minutos pasa un tren que hace un ruido infernal (infernal o celestial, no sé). He encargado la lápida más barata, pero me he asegurado de que fuera muy pesada (“¿Está usted seguro de que pesa suficiente?”). Sobre la lápida he pedido que no pongan nada. Nada. Estará vacía: sin palabras, sin nombres, sin adioses, sin gracias, sin fechas, sin te quieros. Sólo nada. Tu contraportada en blanco. Por mi parte, está todo preparado. Llevo veintidós años, tres meses y cuatro días esperando.
MARÍA CASADO ALONSO
MARÍA CASADO ALONSO
Hola querida amiga, saludos.
ResponderEliminarPasando por el blog de María he encontrado tu blog que me llamo la atención en cuanto dices que eres nueva en la blogosfera. Bienvenida y espero seguir leyendote.
Me queda la duda del silencio en el que quieres dejar la lápida de tu padre, pero me parece bien logrado tu micro. (?)
Abrazos y Dios te bendiga.
Muchas gracias por entrar en mi blog y leerme. El personaje (que no yo) no quiere dejar nada en la lápida de su padre porque no guardará nada positivo de él. Está claro que el personaje no quiere mucho a su padre, ¿no?. Mil gracias otra vez
EliminarTremendo... es el primera calificativo que se me ocurre. Espeluznante... el segundo. Y ya no sigo. Un beso.
ResponderEliminarEso pretendía, Concha. Un beso
Eliminar"Mañana, en cuanto amanezca, iré a visitar tu tumba, papá."
ResponderEliminarY después todo lo demás. Como dice Koncha, tremendo. Y le llama papá. Tremendo, sí.
¡Un besazo!